viernes, 22 de septiembre de 2017

NOTICIAS --- Préstamo millonario de Europa para financiar la llegada de la Y vasca a las tres capitales


Las apuestas políticas y los acuerdos interinstitucionales cobran fuerza cuando van acompañadas de dinero. Siempre. También en el caso de la Y vasca, proyecto que avanza cuando las palabras reposan sobre números. Por eso la decisión del Banco Europeo de Inversiones (BEI) de prestar 1.030 millones para financiar la construcción de la línea ferroviaria de alta velocidad en Euskadi supone un impulso para un proyecto que ya cuenta con la bendición política de los gobiernos central y vasco.

El Ministerio de Fomento, titular del gestor ferroviario Adif, había recurrido en junio a la entidad de crédito de la UE para lograr fondos con los que poder hacer frente a las inversiones previstas en la Y vasca y el Board of Governors, máximo órgano de gobierno del BEI, ha aprobado este martes concederle un préstamo por valor de 1.030 millones de euros que, según fuentes consultadas, contribuirán a agilizar los trámites para afrontar proyectos pendientes. Pasar de palabras a obras.

La petición que el Gobierno central cursó el 2 de junio a la institución con sede en Luxemburgo solicitaba fondos para la nueva línea de alta velocidad entre Arrazua (Álava), Basauri (Bizkaia) y Astigarraga, para la llegada en alta velocidad a las tres capitales vascas y su integración urbana, para las estaciones, así como para la adaptación a la alta velocidad del ramal existente de conexión entre Donostia y la frontera francesa. El importe de 1.030 millones representa la sexta parte de los 5.880 millones (4.860 millones sin Iva) que estima el BEI que costará en total el proyecto de la Y vasca. Del montante total, Adif ya ha ejecutado aproximadamente 1.600 millones de euros.

La aprobación de este martes supone, además, una financiación adicional a aquellos 1.400 millones que el BEI ya facilitó entre 2012 y 2013 para construir la línea ferroviaria entre las tres capitales vascas. Adif ya dijo entonces que la ayuda significaba que «confían en la solvencia del proyecto» y la apreciaba como «antecedente muy positivo». Cuatro años más tarde, se confirma su intuicón.

El Gobierno central argumentó en su petición del crédito blando que trata de promover un cambio modal desde la carretera y el aire hacia el ferrocarril, además de esgrimir beneficios medioambientales en la sustitución por parte del tren de otros modos de transporte más contaminantes.

Con la aprobación, Europa certifica su apuesta por esta infraestructura a pesar de su elevado coste. Fuentes del BEI han explicado este martes que, «como banco de la UE, el banco facilita financiación en términos ventajosos, tanto en tipos de interés como en plazos de amortización, solo para proyectos que estén alineados con las prioridades de la UE».

Las mismas fuentes han añadido que «a la hora de conceder financiación a un proyecto, el primer paso es verificar su elegibilidad según las políticas internas del Banco, que emanan de las políticas sectoriales de la UE, en este caso en materia de transporte». En este caso han sido claves el hecho de que la Y vasca sea parte del Eje Atlántico, declarado como corredor «prioritario» para Europa, y que constitiuya un acceso transfronterizo que conecta dos países.

La totalidad de los fondos concedidos irán a parar al Gobierno central aunque pueda haber trabajos cubiertos por esta financiación que recaigan sobre el Ejecutivo vasco, fundamentalmente los que atañen a la estación de Donostia. En cualquier caso, en las obras que pudiera ejecutar el Gobierno autonómico el dinero adelantado sería posteriormente descontado en la cuantificación del Cupo.

Pese a no recibir directamente ni un euro, el departamento de Desarrollo Económico e Infraestructuras del Gobierno Vasco ha valorado este martes positivamente la aprobación del BEI, al señalar que «supone un espaldarazo a un proyecto -el del TAV en Euskadi- que Europa también considera prioritario y merecedor de un impulso».

Fuentes del departamento dirigido por Arantxa Tapia han expresado que «aunque la cantidad es importante, no lo es menos la lectura política que lanza el BEI, que hace una apuesta por la infraestructura». Para el Ejecutivo vasco, esta postura sirve para «enmendar las críticas» recibidas por quienes interpretan que la alta velocidad no supone una necesidad en Euskadi.

Los fondos europeos aprobados este martes conceden facilidades a la Administración a la hora de asumir inversiones que, por otra parte, ya están comprometidas por el acuerdo alcanzado entre el PNV y el PP en la negociación del Presupuesto General del Estado para 2017. Serán utilizados hasta 2023, año previsto para la finalización de la línea de alta velocidad, mientras que las estaciones vascas se culminarán para 2025.

Fuente: El Diario Vasco