miércoles, 24 de mayo de 2017

NOTICIAS --- El tranvía por la Diagonal pasa con holgura la prueba de estrés


A los estudios previos, a las buenas intenciones y a las promesas políticas les faltaba algo de ciencia, algo que oliera a ingeniero sobre el terreno. Algo que pudiera deshojar la margarita sobre la conveniencia, o no, de unir el tranvía por la Diagonal. El ayuntamiento ha presentado este lunes una simulación de la circulación del ferrocarril por la avenida, una prueba de estrés que parece confirmar la tesis del gobierno de turno: sí se puede.

Pere Macias, el exconvergente fichado por Ada Colau para liderar el proyecto, ha sido el encargado de detallar las conclusiones del informe, en el que se detalla que las paradas estarán, en un principio, en Muntaner, Balmes, paseo de Gràcia, Bailèn, Sicília y Lepant. Se pretendía analizar toda la anatomía de la arteria, desde Francesc Macià hasta Castillejos, para evaluar de qué manera afectaría en los 24 cruces el avance del Tram. Como primeras conclusiones, el bus no sale perjudicado, todo lo contrario; los coches esperarán menos en las intersecciones; las bicis irán más rápido, y los peatones tendrán más tiempo para cruzar. Todo, bajo la premisa de que se cumpla el karma municipal del vehículo privado: dejarán de usar la Diagonal un mínimo de 12.500 autos.

Según la simulación, proyectada entre las ocho y las nueve de la mañana, en el momento cumbre de la movilidad, el tranvía podrá avanzar a 17,6 kilómetros por hora (el bus no pasa de los 12 y en la Diagonal no alcanza los 10), con una frecuencia de paso de cuatro minutos. De este modo, el ciudadano que quiera ir de un punto a otro, el que desee recorrer esos 3,4 kilómetros de la avenida, tardará 15 minutos, la mitad que ahora. No hay ningún bus de TMB que circule por toda la avenida a pesar de que buena parte de la oposición lo ha solicitado. Ni está previsto: se ha presentado toda la nueva red de bus y se ha descartado el D30 que tenía previsto CiU.

Tiempos de espera

Macias, más allá de defender las bondades del tranvía, un medio de transporte que muchos países (más de 400 ciudades) están recuperando después de que empezara a decaer su uso en los años 70, ha recordado que el crecimiento de la demanda de transporte público requiere de "un buen chute de oferta para no colapsar el sistema". Eso se compensará con la red ortogonal de bus (28 líneas) y con el ramal sur de la línea 10 hacia los barrios de la Marina. Y también con el tranvía por la Diagonal. Del tramo central de la línea 9 seguimos sin noticias, por ahora.

Según el estudio, desarrollado por la UPC y el Centro de Innovación del Transporte (CENIT), en dos de cada tres calles por las que un bus cruza la Diagonal se reduce el tiempo de espera en el semáforo. Eso significa que el 81% de las 16 líneas que atraviesan la avenida mejoran su agilidad en este entorno urbano. Entre las que se ven perjudicadas, la H10 en Aragó, que perderá 20 segundos, o el 34, que se dejará por el camino 21 segundos. Entre las más beneficiadas, el 22 y el V15 en paseo de Gràcia, que gana 43 segundos, y el V17 en Còrsega, que deberá esperar el verde 25 segundos menos. En resumen, el tiempo medio del bus en los cruces pasa de 46 a 38 segundos, según la simulación.

En cuanto al vehículo privado, se reduce el tiempo de espera en el 67% de las calles que cruzan la Diagonal. En las 30 calles que atraviesan la vía en los 24 cruces, los conductores deberían ahorrarse, si todo sale según lo previsto, nueve segundos de media, pasando de 44 a 35. Esto causaría que las colas en estas calles se reduzcan, de media, en siete metros.

El paso del tranvía obligaría, además de cambiar el sentido de Urgell y avenida de Sarrià, a modificar el laberíntico cruce entre Marina, Aragó y la Diagonal, según Macias, "un auténtico desastre para los peatones". El 'exconseller' ha admitido que los coches deberán esperar algo más por el verde, pero a cambio, el entorno ganará "mucha calidad humana".

También la bici saldría beneficiada de la conexión del tranvía por la Diagonal. El estudio de la UPC y del CENIT concluye que los ciclistas tardarían cinco minutos menos en ir de Francesc Macià a Glòries gracias a la onda verde del semáforo del tranvía de la que sacarían partido. Cualquiera que a día de hoy vaya en bici por la avenida sabe bien que, por muy rápido que pedalee, hay ciertos cruces que siempre van a estar en rojo, como Balmes o paseo de Gràcia. En cuanto al peatón, está previsto que 19 de los 24 cruces den más tiempo para cruzar sin agobios, sobre todo pensando en las personas con movilidad reducida.

¿Demasiado optimismo?

Las conclusiones son de lo más optimista: “El tranvía mantiene la velocidad comercial en el tramo más complejo del nuevo trazado, siendo plenamente compatible con el resto de modos de transporte y en la hora más crítica”. Pero eso sí, dando por buena esa previsión que tantos ponen en entredicho, esos 12.500 vehículos privados que deberían dejar de circular por el entorno de la Diagonal.

Terminadas todas las valoraciones técnicas, el proyecto de unión del tranvía regresa al punto de partida: el pleno del ayuntamiento, que en marzo aprobó crear una comisión sobre este asunto. Barcelona en Comú se enfrenta a la complicada tarea de convencer a 10 concejales para lograr los 21 votos que le darían la mayoría suficiente para destinar los 50 millones de euros que se prevé que cuesten las obras de implantación del ferrocarril en superficie entre Francesc Macià y Glòries. Se da por hecha la oposición del grupo Demòcrata, que hace tres meses presentó su propio estudio universitario, en este caso de la UB, para echar por tierra todas las tesis municipales sobre el invento.

Fuente: elPeriódico