martes, 17 de marzo de 2009

NOTICIAS-La estación de Sol llega a su recta final.

Bajo las entrañas del kilómetro 0 de Madrid hay casi más vida que en la superficie. Una legión de obreros trabaja a contrarreloj para poner a punto una de las mayores estaciones subterráneas del país: el intercambiador de Cercanías del Sol. Después de seis interminables años, y para alivio de los comerciantes y de los peatones madrileños, las obras han entrado en su recta final. Como en un hormiguero, unos 400 empleados trabajan en tres turnos para dar los últimos retoques. Ya sólo queda revestir las paredes y colocar las baldosas, acabar de pintar los techos, instalar la iluminación, colocar los torniquetes y las taquillas y construir los accesos. "Ahora avanzamos muy rápido; de una semana a otra no se parece en nada", cuenta el director de obra, Javier Gallego.

Unas obras llenas de imprevistos.

Atrás quedan los imprevistos de unas obras malditas para el Ministerio de Fomento. Los trabajos tenían que durar cuatro años y la estación debía estar en marcha en 2007, pero llegaron las complicaciones: tuvieron que desviar 2,20 kilómetros de conducciones de servicios que no sabían que existían (agua, teléfono o electricidad), pararon las obras al encontrar restos de la iglesia del Buen Suceso y agujerearon por error los túneles del metro.

"El subsuelo de Sol es el peor sitio que he visto en mi vida, dice el subdirector de Construcción de Fomento, Antonio Gutiérrez. Lo que queda por delante es un juego de niños en comparación con la obra ya realizada. En el vestíbulo bajo Sol, de 28 metros de profundidad, cabría un edificio de 10 plantes. Pero lo más sorprendente es la caverna de andenes: un túnel de 207 metros de largo y 15 de alto bajo los edificios pares de Montera.

Túnel "a pico y pala".

El túnel se agujereó a mano, "casi a pico y pala, como los mineros", según Gallego. El uso de tuneladoras podría haber derrumbado los pisos situados encima, como ocurrió en el barrio barcelonés de El Carmel. Para sacar los 50.000 metros cúbicos de tierra excavada utilizaban un camión cada cinco minutos.

Desde el pasado julio, los trenes de Cercanías que van de Atocha a Chamartín ya atraviesan la estación de Sol con un ruido atronador. Pero aún pasan de largo. Cuando paren allí, llegará un convoy con 1.500 viajeros cada tres minutos en hora punta. A ellos se sumarán los viajeros que lleguen en metro y los que vengan de la superficie.

Para eso habrá que esperar unos meses. El ministerio prevé que la macroestación esté finalizada "a mediados de 2009". Dan un plazo muy amplio para no pillarse los dedos; después de seis años de sustos prefieren ser "prudentes", no vaya a ser que todo se tuerza en el último momento.

Fuente: Periódico 20 minutos (www.20minutos.es)